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  • Foto del escritorAdriana Méndez Acosta

LA ALBORADA DE UN NUEVO LINAJE

Actualizado: 16 may 2022

Alborada: Período que transcurre desde

que empieza a aparecer en el horizonte

la luz del día hasta que sale el sol.


Se organizó una comitiva compuesta por varias de las personas más cercanas a Ana, la compradora de la casa. Decidieron venir un fin de semana a San Miguel para estar presentes en el momento de la firma del contrato y la entrega de la nueva propiedad.



Fue un festejo hermoso y conmovedor. Transformar un evento importante en uno sobresaliente no es cosa fácil. Esta familia de guapos por dentro y por fuera construyó un momento memorable y gozoso. Lucía, la hermana menor de Ana, imprimió un sello particular a la celebración. Ataviada de mujer propositivamente, con un vestido negro y blanco y con una pulsera hecha con las arras de oro de la boda de sus padres, nos transmitió la relevancia de este evento extraordinario. Nos encontrábamos ante la alborada de un nuevo linaje de mujeres. Era la primera vez, que en su familia, una mujer compraba un bien raíz.




Se escuchó el tronido del corcho de la botella de cava que trajeron Lucía y Beto justo cuando terminaron los discursos de su hija y su madre. Sus palabras nos emocionaron. Y es que el reconocimiento casi siempre conmueve. Sobre todo cuando lo hace una persona cercana y significativa:


- "Yo he visto como has trabajado y como te has esforzado mamá. Como disfrutas lo que haces. Esto es fruto de tu chamba, de tu tiempo y del placer por lo que haces."


- “Para mí es una gran satisfacción tener una hija que está adquiriendo una casa nueva con su propio esfuerzo… como decía tu abuela: por entrona”.


Quedaron impresas en el ambiente de la casa la buena vibra, las risas y palabras reconocedoras, así como la emoción y la tensión que provoca el compromiso económico de un crédito hipotecario.

Para continuar con el festejo sembraron la primera enredadera de la fachada de la casa. Hicieron tierra literalmente siguiendo las instrucciones de Lucía que iniciaron con una respiración profunda.


Los Carlos, los primeros residentes de Alborada vinieron a darle la bienvenida a Ana y a felicitarla por la adquisición de su casa.

Así fue como el sábado veintiséis de marzo, la Villa Don Pablo del lote diez de la manzana cinco de Alborada, se vistió de mujer y se adornó con enredaderas de flores moradas que treparán por la fachada principal.


Continuamos la celebración en uno de los lugares mas lindos de la afueras de San Miguel: el viñedo Santísima Trinidad. Ahí nos alcanzó, Triana, una de las mejores amigas de Ana para acompañarla en este día tan significativo. Para cerrar con broche de oro, al día siguiente desayunamos en mi patio preferido del pueblo: el del hotel Villa Santa Mónica.


Me pregunto si para los chavos que estuvieron presentes ese día: Sofia, Francisco y Beto, que son los descendientes directos de este nuevo linaje, comprar una casa tiene el mismo significado que para nuestra generación. Ellos y ellas, o mejor dicho, “elles” traen otros chips. Están ocupados de otros asuntos, muy relevantes por cierto, que no tienen que ver con la posesión de bienes. Veo a una generación que cuestiona nuestra forma de ver el mundo, involucrada en temas ambientales y políticos.

Chavos con menos ataduras, elocuentes y mucho más sensibles e informados de lo que yo estaba a su edad. Esa mañana, por ejemplo, Sofía celebró con mucha emoción un gran logro que tuvo la organización con la que colabora: la prohibición de cruceros en el muelle de La Paz, Baja California. Y me dio una cátedra sobre la devastación que está provocando la construcción del tren Maya.











Para la tranquilidad de Lucía, me parece que el linaje ya nació y creció. Ya corren por las venas de sus descendientes ideas claras sobre las nuevas masculinidades y feminidades. Son conscientes de la crisis provocadas por los efectos del patriarcado en las vidas de las mujeres y los hombres. Ya son agentes de cambio que no repetirán las historias de exclusión femenina al “mundo masculino” y viceversa que nos tocaron a nosotras.

Agradezco la confianza de las personas que han decidido vivir o invertir en Alborada que están marcando un ritmo armonioso en el fraccionamiento durante la construcción de esta nueva comunidad.


Me alegra haber sido partícipe del decreto de la alborada de este linaje.



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